Debido a los requisitos de la glándula tiroides para la síntesis de la hormona tiroxina, la ingesta de yodo es requerida. Estas deficiencias
afectan al menos a dos mil millones de personas en todo el mundo, siendo la causa más frecuente el retraso mental.
El yodo evita complicaciones graves para las mujeres embarazadas y los niños pequeños. Durante el embarazo, incluso las deficiencias más leves pueden retrasar el desarrollo del embarazo y dar lugar a retrasos físicos y mentales, como cretinismo.
Otros efectos de la baja ingesta de yodo incluyen bocio, una hinchazón en la frente del cuello causado por el aumento de tamaño de la glándula tiroides, desarrollo físico anormal y pérdida reproductiva.